De ser autodidactas a profesionalizarse: la cooperativa chaqueña dedicada a tareas de cuidados de adultos

«Debemos ser idóneas y la única manera de serlo es empoderándonos y capacitándonos», sostuvo Josefina Sánchez, presidenta de Soltrecha, una cooperativa chaqueña, conformada en su gran mayoría por mujeres, pionera en el país en lo que refiere a la provisión de servicios de cuidado de adultos mayores y personas enfermas o en situación de discapacidad.

Los inicios de la pandemia fueron desgastantes para las mujeres de Soltrecha. Las cuidadoras iban en bicicleta, a pie o en moto a cuidar a sus pacientes. Y, en muchos casos, se convirtieron en el único contacto de sus pacientes con el mundo exterior.

POR PRIMERA VEZ, TIENEN UN TRABAJO EN BLANCO

Algunas de las 85 trabajadoras de esa empresa social tienen, por primera vez, un trabajo en blanco con el acceso a derechos básicos que ello implica: una obra social y seguro de vida. También pueden alquilar un lugar donde vivir y hacerlo dignamente.

El Estado nombró «esenciales» a las trabajadoras de cuidados comunitarios y la pandemia hizo más visible y respetado su trabajo.

Soltrecha cumplió 20 años y participa de las mesas de trabajo del Gobierno nacional y de un proyecto de ley para, entre otras cosas, que su trabajo sea reconocido como profesional. «No queremos que el Estado sea proveedor, nosotras somos trabajadoras autogestionadas, pero necesitamos un fondo, algo, para solventar la ayuda cuando una de las compañeras tiene tres meses de licencia por maternidad, una enfermedad u otro tema por el que no puede trabajar un tiempo, ya que el universo de los cuidados comunitarios, a diferencia de una empresa tradicional, funciona así», señaló Sánchez.

ES PIONERA EN EL RUBRO DE CUIDADOS PERSONALES

La cooperativa es miembro de la Federación de Cooperativas de Trabajo (Fecootra) y es pionera en el rubro de los cuidados personales en Argentina. Al comienzo, a pura necesidad, las cuidadoras fueron autodidactas, y hoy no conciben al cooperativismo del cuidado sin capacitación.

Así es que organizan cursos que duran ocho meses, porque -explicó Sánchez- «debemos ser personal idóneo y la única manera de empoderarnos, es capacitándonos».

La presidenta de Soltrecha cuenta que comenzaron en el 2001 como una pata de una ONG italiana y que, a los seis años, cuando se disolvió esa organización, decidieron conformar la empresa, «una cooperativa verdadera», porque veían que en el sector de los cuidados personales había una gran falencia, y era el compromiso, se necesitaba que, si se iba una cuidadora, hubiera otra.

ES UN TRABAJO REALIZADO CON AMOROSIDAD

Además, es un trabajo realizado con amorosidad, porque «nuestro concepto es cuidar a ambos lados: pacientes y trabajadoras. Tanto las personas que cuidamos como a nosotras mismas».

«Cuando hablamos de cooperativismo hablamos de trabajo decente», aseguró Sánchez. Por eso, por ejemplo, las trabajadoras eligen los horarios laborales. Hoy, aún, las trabajadoras del cuidado del trabajo están dentro del estatuto del servicio doméstico.

Si la Mesa Interministerial de la Nación y el proyecto de ley que se tratará en Diputados lo resuelven, tendrán sus propias reglas e identidad. También podrán, por ejemplo, con una mutual, acceder a una guardería, ya que para quienes son madres es imperioso por el horario pero, también, porque sus hijos han sido víctimas de abuso en casa de vecinos y familiares.

En Argentina, el trabajo de cuidado «se ha feminizado», en palabras de Sánchez: «Lo que antes era un dogma, ahora es una profesión», subrayó.