En Rio Negro, la Cooperativa Textil Septiembre encontró oportunidades en el contexto de la actual crisis

No hay dudas de que las crisis, por más profundas que sean, siempre originan la aparición de oportunidades. En el caso de la Cooperativa Textil Septiembre, su actividad comenzó en 2008 y, como a tantos emprendimientos, la pandemia la puso entre la espada y la pared. Si ya padecían dificultades para mantener la empresa a flote, la cuarentena obligó a tomar decisiones y confirmar que las crisis, a veces, son oportunidades.

De cómo capearon el temporal, habló Marcela Navratil (foto), la presidenta de la cooperativa Manifestó que la Cooperativa Textil Septiembre es un proyecto asociativo que nació en 2008, en Cipolletti, Río Negro, «cuando una compañera que ya tenía un proyecto textil nos compartió su experiencia. Ese mismo año decidimos armar la cooperativa siguiendo esa misma línea de trabajo».

SON SIETE COMPAÑERAS Y SUMARÁN OTRAS MÁS

Añadió que «actualmente somos siete compañeras, pero se sumarán otras en breve. Estamos convencidas de que la militancia cooperativa es una forma de vida que nos atraviesa, es mucho más que nuestro trabajo. Es parte de nuestras elecciones de todos los días. Nosotras llevamos 13 años de cooperativismo y sin embargo todos los días estamos aprendiendo cosas nuevas».

Al referirse a los productos que fabrican, puntualizó que «hasta 2019 lo que más confeccionábamos eran las camperas de egresados y los uniformes, pero con el contexto de la pandemia nos tuvimos que reinventar, ya que nos quedamos prácticamente sin trabajo.  Después de mucho debate y ya a punto de terminar nuestro proyecto, en abril de 2020, con el negocio cerrado por el contexto de pandemia y todas en nuestras casas sin poder salir, decidimos apostar a un nuevo producto y la venta online».

«Para organizarnos — prosigue Navratil — tuvimos que hacer un gran esfuerzo y contratar a alguien que se ocupe de las redes y de manejar este sistema, que para nosotras era totalmente desconocido. Lo poco que generamos inicialmente fue para pagar estos gastos extra. Así fue que surgió un proyecto, basado en la sustentabilidad, de hacer las toallitas femeninas Cíclica. Arrancamos con los primeros modelos y a trabajar en los moldes, que hoy son una hermosa realidad».

«EL CAMBIO DE ACTITUD EN LA GENTE ES MARAVILLOSO»

Al ser consultada acerca de por qué pensaron en hacer toallitas, respondió: «Yo pertenezco a una generación para la cual había temas de los que no se hablaban y la menstruación era uno de esos temas tabú que había que ocultar. Por suerte, nuestra mentalidad cambió y hoy en día sí se puede hablar, debatir e implementar nuevas maneras para cuidarnos y proteger, a la vez, el medio ambiente».

Al ampliar esos conceptos, manifestó que «hoy en día, poder participar de ferias y ver el cambio de actitud en la gente es maravilloso y ver cómo se interesan por recibir información sobre las toallitas reutilizables que no contaminan es muy gratificante. Las toallitas y protectores Cíclica están diseñados y fabricados para durar años, con el cuidado necesario».

Añadió que «nosotras garantizamos al menos cinco años de vida útil de los productos, ya que están fabricados 100% con algodón natural orgánico, sin químicos tóxicos y con tintes naturales. La recomendación es usarlas entre 4 y 7 horas, no refregar la tela porque eso daña el tejido y bajo ningún punto de vista planchar la base. Se pueden enjuagar a mano y después en el lavarropas o terminar el proceso de forma manual».

FABRICAR PRODUCTOS PARA OTRAS MUJERES

El periodistas les formuló esta pregunta: ¿Qué significa para ustedes poder hacer un producto para otras mujeres que además es ecológico?

Y la respuesta fue: «En la juventud hay una gran conciencia ecológica y son esas las primeras clientas que se acercan a preguntar de qué se tratan nuestros productos Cíclica, pero también se acercan señoras que ya no tienen su período menstrual, pero que les interesa aprender nuevamente de qué se trata este mundo, el hecho de tomar conciencia del cuidado de nuestro cuerpo y también del medio ambiente. Es fundamental para nosotros ir acompañando la salud menstrual y la ESI, con un cambio de conciencia».

Ante la pregunta de si habían tenido o tienen acompañamiento del Estado para crecer, expresaron: «Sí, tuvimos ayuda y ahora hemos presentado dos proyectos: uno al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y otro al Ministerio de la Mujer, con los que pretendemos trabajar en el fortalecimiento de la comercialización y de la inserción de mujeres que están o han sufrido violencia de género».

Puntualizaron seguidamente que «nos parece muy importante trabajar también en esa línea, así como formar a mujeres, darles la posibilidad de trabajar en el área textil con máquinas industriales, darles herramientas para poder salir adelante. Eso es parte de la misión de nuestra cooperativa. En cuanto a la división de tareas, procuramos que todas sepan hacer el circuito completo, pero que cada una trabaje donde se sienta cómoda».

«RESPETAMOS GUSTOS E INDIVIDUALIDADES»

Agregó que «esa es la manera de optimizar el rendimiento pero también el compromiso para con la cooperativa. La gratificación tiene que estar presente en la actividad y por eso, en la medida de lo posible, apuntamos a respetar los gustos y las individualidades. Somos pocas pero esperamos poder sumar más compañeras a esta actividad».

Al ser consultada acerca de si se abren nuevos espacios o lugares de venta, indicó que «los nuevos espacios de venta los vamos generando nosotras a través de las redes y nuevos contactos. Nos damos cuenta de que es difícil y que, tal vez, sea nuestra área más vulnerable, pero entendemos que es importante, por eso seguimos trabajando y presentamos proyectos para avanzar en esto. Muchas veces se hace difícil porque de lunes a viernes trabajamos en la cooperativa y los fines de semana tenemos que ir a ferias, por eso tratamos de dividir las actividades».

Preguntada sobre el objetivo central de la cooperativa, expresó: «Soñamos con que se sostenga económicamente, de manera autogestiva, y que sea un espacio de puertas abiertas para nuevas compañeras, sobre todo aquellas que han sufrido violencia de género y aquellas que están buscando un espacio de reinserción laboral y dignificación. Nosotras aspiramos a que la gente encuentre un espacio agradable de trabajo en nuestra cooperativa».

«QUE NUESTROS PRODUCTOS ESTÉN EN TODOS LADOS»

Con respecto a los productos que elaboran, indicaron que «aspiramos a que Cíclica, nuestro producto de salud menstrual, esté presente en todos lados y del mismo modo con el resto de nuestros productos, como la marca Jamelia, de vestimenta femenina, pretendemos que esté en diferentes espacios y tiendas para mujeres de todo el país».

Con respecto a la marca Jamelia, señalaron que «apuntamos a confeccionar desde los talles pequeños hasta el XXXL, porque los cuerpos no son todos iguales y todas tenemos derecho a vestirnos de una manera elegante y moderna».

Y en lo que tiene que ver con la actividad que la cooperativa desarrollará durante el presente año, destacaron que «nuestro objetivo es seguir creciendo, ganar experiencia, sumar a más mujeres a la cooperativa y que más gente nos conozca. Como hacemos talles reales para mujeres reales, nos emociona ver cómo mujeres que durante muchos años no pudieron vestirse con ropa moderna y sentirse atractivas, encontraron en nuestra marca esa identificación».

Marcela Navratil y el resto de sus compañeras, no se olvidan del cooperativismo. «En la cooperativa hemos abierto un área que se llama Promoción Cooperativa, para dar capacitaciones, asesoramientos y charlas para fomentar el cooperativismo. Tenemos una compañera que se ha formado y continúa haciéndolo en el área cooperativa y ella es la encargada de este espacio. En definitiva, queremos tener una cooperativa exitosa donde se pueda participar, debatir y crecer».