Una gran falencia en el cooperativismo argentino: no se perfila la presencia de un auténtico liderazgo

 

Escribe ROBERTO MOLINA

En el cooperativismo argentino no se perfila la presencia de un auténtico líder que verdaderamente ejerza esa condición y que ello se refleje como tal. Frente a esta afirmación, no van a faltar aquellos que sostengan que Ariel Guarco es el líder indiscutido del movimiento, en función de los cargos que ostenta.

El hecho de que alguien se posicione en varios cargos, en Argentina es calificado como «trepador». Esto se aplica justamente a quienes pretenden acaparar la mayor cantidad de poder e intentan convertirse en un personaje irremplazable.

Y ante lo arriba señalado, cabe preguntarse en este momento: ¿Cuantos cargos ocupa actualmente Ariel Guarco?  Aqui se los detallamos:
1) Presidente de la Cooperativa Eléctrica de Coronel Pringles.
2) Presidente de la Federación de Cooperativas Eléctricas de Buenos Aires (FEDECOBA)
3) Presidente de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar)
4) Presidente de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI)
5) Integrante del Directorio del INAES

Un dirigente que ocupa cinco cargos en el cooperativismo refleja su deseo de acaparar poder. Pero, además de ello, muestra su egoismo personal en el sentido de no delegar funciones. La solidaridad y el trabajo conjunto parecen constituir aspectos que este dirigente no tiene en cuenta. El solo busca su proyección personal y está utilizando al cooperativismo para lograrlo.

Este médico veterinario de Coronel Pringles está viviendo del cooperativismo, ya que no ha tenido tiempo de ejercer su profesión. Y el cooperativismo le está redituando múltiples satisfacciones, por no decir ganancias… Los ingresos que obtiene por esas cinco posiciones que ocupa, le permiten vivir muy acomodadamente. De alguno de esos cargos podrá argumentar que no cobra sueldo, pero cobra viáticos que se equiparan con una mensualidad muy atractiva…

Lo cierto, lo concreto, es que en el cooperativismo argentino hay varios dirigentes de real valía, que podrían estar ocupando cargos importantes en las entidades de grado superior. Pero alguien les pone el pie encima y no permite que otros dirigentes afloren en la superficie del movimiento solidario. Esto es, justamente, lo que hace Ariel Guarco.