El doctor Jorge Bragulat, un profesional que se desempeña desde hace varios años en la temática de las entidades de la economía social, brindó una charla — ante una nutrida concurrencia — en las instalaciones de la Cooperativa de Electricidad de General Pico, en la provincia de La Pampa.
El profesional comenzó señalando que «la economía social y el asociativismo, en el contexto nacional actual, sufre un embate desde el punto de vista económico y también cultural». También marcó que la embestida contra los clubes, a partir de la llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), «es un ataque a una forma de organización social y las cooperativas no pueden sentirse ajenas ante ello».
El encuentro en la sede cooperativa propició un diálogo con algunos disparadores de temas generales relacionados con la economía social, con el cooperativismo y con el cooperativismo de servicios públicos, en particular.
Bragulat hizo referencia a «una economía social que esta castigada desde un punto de vista económico por una política muy individualista, concentradora y neoliberal, donde el eje fundamental es lo financiero, para generar una falsa estabilidad que puede ser una estabilidad en los números, pero no en lo social».
Añadió seguidamente que «también sufre un ataque de tipo cultural, que es lo más peligroso, porque hay todo un acercamiento hacia el individualismo exagerado y por lo tanto se deja de lado el tema de la solidaridad y el acompañamiento. Y eso, si penetra culturalmente en la sociedad, es muy malo, porque genera un individuo egoísta y la economía tiene mucha influencia en ese sentido. Por eso que este tipo de gobierno nacional es peligroso en el espacio económico y cultural».
Bragulat, autor del libro «Los clubes como asociaciones civiles, una mirada desde la economía social», dijo que las cooperativas también tienen que tener una postura sentada sobre la irrupción de las sociedades anónimas deportivas que propicia el presidente Milei, porque es un ataque a una forma de organización social.
En este sentido, Bragulat destacó que «hay pocos lugares en el mundo con la cantidad de clubes por habitantes como hay en Argentina» y señaló que «las SAD llegan con la excusa de un eficientismo. Si el cooperativismo no toma conciencia de que al venir por los clubes vienen por las cooperativas también, en el sentido cultural, me parece que es un error. Todo el movimiento cooperativo tiene que tener una postura clara relacionada con las sociedades anónimas deportivas, porque en última instancia es una forma de organización social, es una forma de integración social».
«En todos los pueblos de Argentina — concluyó el profesional — el club fue un integrador social, porque una vez que pisaban el umbral del club se sentían iguales, se sentían integrados, se sentían un par, y lo mismo pasa con la cooperativa. Esa cohesión social que dieron los clubes y esa educación que dio la escuela pública que integró al pobre y al rico, eso está en vías de desaparición con estas políticas»..