El presidente del INAES, Alexandre Roig, está muy lejos de representar la clásica figura del funcionario público tradicional. Esta columna ha señalado en reiteradas oportunidades el nivel de informalidad que muestra en el desempeño de su función. Lo hemos mostrado con zapatillas, pantalones vaqueros y campera de lona en diversos actos oficiales.
Roig se muestra como un funcionario público al que no le interesa nada de nada… El viste a su manera y poco le importa dar la imagen de un ejecutivo de la administración pública nacional. El se calza su pantalón jean (con algunas roturas) y sus zapatillas y allá va a sentarse en el cómodo sillón principal de la avenida Belgrano, donde tiene su sede el INAES.
Y con esa vestimenta, asiste a actos diversos que se realizan en el ámbito del mutualismo y del cooperativismo. ¿Qué pretende demostrar el presidente del INAES? ¿Quiere destruir la imagen de los funcionarios públicos? ¿Aspìra a que toda la administración pública se vista con informalidad similar a la suya?
Roig tendría que notificarse que en la administración pública nacional existen determinadas reglas que deben ser cumplidas. ¿Pretenderá posicionarse como el chico rebelde de los ámbitos oficiales? En la foto que acompaña esta nota, se lo puede ver sentado — en el transcurso de un acto del sector — acompañado de su mate y su termo con agua caliente…
Extraño personaje este francés Alexandre Roig…