«El cooperativismo argentino está atravesando una crisis dirigencial y hace falta una revisión global de las tácticas y estrategias vigentes para tener un cooperativismo real, efectivo, no de discurso sino de acción y de hechos ciertos con resultados concretos». Estos conceptos fueron expresados por el doctor Claudio A. Urio, presidente de FECOOSER, Federación de Cooperativas de Servicios de la Provincia de Buenos Aires. Se trata de una entidad de segundo grado, que es una de las más importantes del territorio bonaerense.
El dirigente manifestó que actualmente «tenemos muchos dirigentes de atril y escenario y necesitamos dirigentes, como decimos en el campo, con las patas en el barro, asentados en la realidad de cada comunidad y de cada cooperativa, haciendo y no diciendo qué hacer, cumpliendo con hechos lo que se pregona con la palabra».
Indudablemente, estos conceptos tienen destinatario, con nombre y apellido. Están dirigidos a la cúpula de la dirigencia del cooperativismo argentino, donde se encuentra enquistado Ariel Guarco, que inexplicablemente sigue ocupando la presidencia de la Alianza Cooperativa Internacional, no obstante su oscura gestión al frente del máximo organismo mundial.
El doctor Urio continúa señalando en sus declaraciones que «es fundamental educar a una realidad humana y ética diferente a la actual, donde el enfoque cooperativo propuesto se funda en una postura crítica, establece un criterio político que define la orientación de la enseñanza del cooperativismo, con la visión de multidimensionalidad, gradualidad e integralidad, lo cual da lugar a una relación constructiva de producción del conocimiento».
Y prosigue: «Es necesario entonces contar con capacitaciones serias y reales, fundadas no en una doctrina vacía ni de biblioteca, sino plena de realidades concretas, confrontando criteriosamente al status quo reinante y proponiendo otro cooperativismo, con impacto en la realidad social de cada territorio y formando personas probas para la función de ser cooperativista».
El doctor Urio considera que «el pasado y el presente del sector deben entrelazarse sabiamente, críticamente. Se debe entender y aprehender la concepción filosófica cooperativa del hombre organizado, la empresa y la sociedad y no dejarla como tal, sino volcarla en la realidad de las sociedades o comunidades donde se desarrolla una cooperativa».
El dirigente cooperativista bonaerense puntualiza que «es necesario capacitarse y entender el proceso de organización de una empresa cooperativa, no solo en su aspecto legal sino en su propia esencia como entidad social y solidaria, con impacto real en las personas, teniéndolas como centro y fin primero y último».
«La gobernanza, la gestión y la administración — prosigue Urio — necesitan una base teórica cierta, sólida, fundamentada. Caso contrario, las cooperativas estarán condenadas al fracaso. O a ser meramente una aspiración y no una realidad cierta. Entender al cooperativismo como esencia y a las cooperativas como entes, es fundamental».
Concluyó expresando que «debemos unirnos y trabajar juntos aún en la distancia, porque el cooperativismo lo necesita y nuestro pueblo se merece contar con cooperativas serias y con dirigentes cooperativos formados para enfrentar todos los avatares que nos pone como desafío la realidad política institucional de nuestro país. La salida siempre es y será Cooperativa».