La Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) emitió un duro balance de fin de año, en el que calificó al ciclo como «signado por la turbulencia política y la falta de estrategias claras ante las inclemencias climáticas y los escollos económicos». La entidad advirtió que en 2023 la carencia de políticas que brinden previsibilidad e inversión fueron, en suma, generando un reclamo generalizado en todas las federaciones, independientemente del tipo de producción.
En ese sentido, recordó que las entidades, a través de la gestión gremial y política, intentaron obtener fondos y recursos para aliviar la situación de productores, cooperativas y federaciones afectadas, en lo cual sólo lograron algunas medidas paliativas.
Señaló la entidad que este año fue «un tiempo en el que, desde la política sucedieron distintos acontecimientos marcados por la turbulencia e incertidumbre y la falta de estrategias y reglas claras hacia el sector». Y agregó que ello aconteció en «un contexto agudizado por inclemencias climáticas, cuyos efectos contra el campo aún no han cesado. El camino recorrido está claro que no ha sido fácil para nada».
«NO TENEMOS POLÍTICAS QUE NOS
DEN PREVISIBILIDAD PARA INVERTIR»
«En todas nuestras federaciones observamos un denominador común que se ancla como un reclamo generalizado y transversal, sea cual sea la producción y es que no tenemos políticas que nos den previsibilidad y tampoco confianza para invertir», remarcó Coninagro.
La entidad confederativa recordó seguidamente que «a comienzo de este periodo publicamos un informe con la palabra de nuestros consejeros de diferentes regiones del país, que ponían alerta al Gobierno nacional sobre la difícil situación con importantes pérdidas para la economía argentina provocada por las inclemencias climáticas».
En esos términos, la entidad destacó como medidas de salvataje para los productores, aplicada en 2023, a la prórroga de las emergencias provinciales y a la creación de un fondo rotatorio para pequeños productores sin capacidad crediticia. No obstante, subrayó que, al margen de ello, persiste la falta de «una política pública clara y a largo plazo para el sector».
LA PERSEVERANCIA DEL SECTOR, QUE
BUSCA SOLUCIONES Y APRENDIZAJES
En el mismo balance, Coninagro subrayó que, a pesar de los desafíos, la perseverancia del sector, que «busca soluciones y aprendizajes, fue esencial para mirar hacia el futuro, corregir errores y aprovechar oportunidades, especialmente ante la creciente demanda de alimentos a nivel global, con un enfoque en la producción sustentable y la trazabilidad».
En ese plano, resaltó el papel que el cooperativismo ha permitido como una herramienta de organización para enfrentar a estos conflictos, principalmente a los económicos, y destacó la flexibilidad que su lógica despliega para desarrollar alianzas, redes y organizaciones integradas que respondan a las exigencias de este «cambio de época, ofreciendo un aporte significativo al desarrollo humano y la superación de los desafíos futuros».
Puntualizó Coninagro que «estamos seguros de que en todo este tiempo transcurrido no hubo una clara política pública pensada en el bien común; mucho menos en el sector agropecuario y cooperativo. Estamos inmersos en medidas cortoplacistas que reducen la inversión, dificultan el acceso a la tecnología y obligan a muchos -incluso a entidades públicas- a acortar la mirada y postergar estrategias de largo plazo».
CONOCER A QUIENES ESTÁN DETRÁS DE
LOS ALIMENTOS QUE LLEGAN A LA MESA
La entidad, por otra parte, recalcó que detrás de los números hay trabajadores y familias para las cuales el ingreso que provee el sistema agropecuario es fundamental, al igual que también lo es para el sostenimiento del sistema alimentario en todo el país, y de amplias zonas en todo el mundo.
«Junto a productores yerbateros de la Federación de Corrientes y a la Federación de Cooperativas Agropecuarias Uncoga, reunimos a comunicadores con el objetivo de que puedan intercambiar con los dirigentes de estas cooperativas y puedan conocer las personas que están detrás de los alimentos que llegan a la mesa de los argentinos», indicó Coninagro, y remarcó que, «con 2023 termina un año de gestión, pero estamos seguros de que el cooperativismo ofrece para el nuevo tiempo una capacidad que lo distingue».
«El mundo, ante lo complejo de los nuevos tiempos, está favoreciendo el desarrollo de alianzas, redes, organizaciones integradas y múltiples para atender estas crecientes y sofisticadas exigencias surgidas de un cambio de época», explicó la entidad confederativa, poniendo especial énfasis en señalar que «el cooperativismo, a través del asociativismo y la ayuda mutua, puede hacer un aporte al desarrollo humano muy importante para dar respuesta a los desafíos venideros».
ENERGIAS LIMPIAS: EL PROTAGONISMO
QUE ASUME EL COOPERATIVISMO
Otro factor de suma importancia en el balance de la entidad, fue el abordaje de las energías alternativas, punto por el cual, esta semana, mandatarios y líderes de todo el mundo se congregan en Dubai. La entidad destacó el protagonismo del trabajo cooperativo en temas vinculados a las energías limpias y a los avances tecnológicos, que estos cambios imprimen a la búsqueda por optimizar la producción que caracteriza al sector agropecuario.
Finalmente, con respecto a este punto, Coninagro celebró el ímpetu de los comunicadores que, «embebidos en la realidad del campo, en pos de promover el cooperativismo como una filosofía de vida, trabajan palmo a palmo con los productores para hallar soluciones colectivas con las que enfrentar desafíos futuros».