En la provincia de Córdoba está funcionando, desde hace algo más de un año, la Cooperativa Cuidarte Bien. Se trata de un emprendimiento surgido desde el mutualismo para garantizar las tareas de cuidados con formación profesional, a personas adultas mayores y/o con discapacidad en domicilio. Es una propuesta de organización colectiva que beneficia a usuarios y trabajadores.
Griselda Femenia es cuidadora de personas adultas mayores. Para ella, la tarea de cuidar es primordial y está íntimamente relacionada con la promoción de la salud. “Cuidar a personas adultas mayores o con discapacidad en sus domicilios implica muchas tareas, como asistirles en las actividades de la vida diaria respetando, a su vez, su autonomía e independencia. Colaborar con su higiene y confort tanto de su persona como del espacio en el que habita, administrar la medicación indicada, preparar y proporcionar su alimento, como así también favorecer la interacción con sus seres queridos”, explica la trabajadora.
UNA EXPERIENCIA NOVEDOSA
Ella forma parte de la Cooperativa Cuidarte Bien, junto con Daniel Rivera, que es el coordinador. Esta entidad lleva apenas más de un año y es una experiencia colectiva muy novedosa en la provincia. Actualmente, la cooperativa está constituida por más de 40 integrantes que tienen trabajo activo y hay más personas asociadas, que aún no tienen trabajo, pero que forman parte. Es la primera cooperativa de cuidados provincial y tiene delegaciones en Villa María, Devoto, General Deheza y capital. A la delegación Córdoba la integran 12 cooperativistas y funcionan en la Mutual Mugica.
“Brindamos los servicios de cuidados a adultos mayores y/o con discapacidades, y es un rol importante al prestar un servicio que muchas veces, en el plano más informal, las familias no lo pueden cumplir o no tienen margen para cumplirlo porque, ante situaciones de crisis, se disminuyen las horas de cuidado en la familia”, explica Rivera.
La tarea de cuidar centra la atención en la persona que se está cuidando: escuchar, conocer, comprenderla es primordial, remarca Griselda. Cada persona tiene un vínculo singular con la enfermedad o condición con la que vive en esta etapa de la vida. La realidad de muchas personas adultas mayores suele ser complicada cuando enfrentan limitaciones vinculadas con su salud, movilidad, accesibilidades, ausencia de redes de cuidado y acompañamiento. No todas las formas de envejecer son amables con las personas y en muchos casos, además, el acceso al sistema de salud y las prestaciones en domicilio se tornan un peregrinar burocrático y desgastante.
HAY MENOS GENTE QUE CUIDE
“Es central que quienes cuidamos a personas adultas mayores aportemos al cumplimiento de los derechos de las personas adultas mayores; además, ser dentro del núcleo familiar el nexo entre la familia, los profesionales intervinientes y a quien cuidamos”, detalla Griselda, quien hace años dedica sus días al cuidado.
Los avances científicos de la medicina han elevado la expectativa de vida y, en la actualidad, hay más población envejeciendo y eso significa más personas para cuidar. Pero a la vez, hay menos gente que cuide. El cuidado — en todas sus formas — históricamente ha sido una tarea a cargo de mujeres. Cuando además trabajan fuera de la casa y no pueden reemplazar a quien haga la labor de cuidados, el panorama se complica.
Aún hoy, y con algunos avances, los varones no suplen ni se hacen cargo de las tareas de cuidados. Las familias, en su mayoría, no tienen margen y han disminuido las horas para el cuidado familiar. Si bien, en los últimos años, los cuidados vienen siendo parte de la agenda pública y de políticas del Estado, aún queda un largo y pendiente camino.
GARANTIZAR DERECHOS A QUIEN ES CUIDADO
En esa crisis de los cuidados, Rivera explica que la cooperativa hace un aporte importantísimo a la hora de prestar este tipo de servicio: “Nos gusta decir que somos una empresa social que garantiza derechos a quien es cuidado y a quien hace el trabajo de cuidar. Y que somos una alianza estratégica entre el sector cooperativo, mutual y el Estado apoyando un servicio de cuidado que la sociedad necesita”.
Además, detalla que, desde la Mutual Carlos Mugica, hace años que tienen a nivel territorial diferentes líneas de trabajo y particularmente la temática del cuidado y los cuidados comunitarios ha estado siempre presente. El año pasado, realizaron una formación en la Universidad Tres de Febrero de Buenos Aires, a partir de la invitación de la Federación de Mutualidades de Córdoba (FEMUCOR), en la que capacitaron a técnicos mutualistas en torno al tema de la economía y políticas del cuidado.
ASPIRANTES EN CUIDADOS DOMICILIARIOS
Desde febrero a julio de 2022, se capacitaron en distintos puntos de la provincia más de 350 aspirantes en cuidados domiciliarios para personas mayores desde la perspectiva de un auxiliar gerontológico y quienes hicieron la capacitación cuentan con la certificación que les permite participar del Registro Nacional de Cuidados Domiciliarios para personas mayores. Paralelamente, se fue gestando la cooperativa, de modo que, una vez terminada la capacitación, contaban con un dispositivo organizativo del que formar parte.
La mayoría de las personas que la constituyeron venían de las mutuales, dirigentes y socios, y luego se fueron sumando quienes terminaron la formación. “Me parece importante destacar el aporte que han hecho cada una de las mutuales que forman parte de esta experiencia, con apoyos de horas de trabajo, aportes, cuestiones técnicas del cooperativismo para poder consolidar esta nueva experiencia cooperativa. Por ejemplo, las sedes donde funcionamos en el espacio físico que prestan las mutuales”, concluyó expresando Rivera.