Escribe ROBERTO MOLINA
En la ciudad de Mar del Plata, la Cooperativa Obrera tiene varias sucursales, en distintos puntos de la ciudad. En estos dias, la entidad solidaria anunció su decisión de abrir una nueva representación, lo que significará la apertura de nuevas fuentes de trabajo para alrededor de un centenar de personas. Esta situación, en cualquier lugar del país, sería algo absolutamente normal.
Pero lo que no es normal, es la actitud que asumió la UCIP (Unión del Comercio, Industria y Producción), una organización empresaria que supuestamente promociona el desarrollo de esos sectores y que, supuestamente también, impulsa la generación de empleo en esta jurisdicción.
Lo cierto es que los datos de la realidad indican que a la UCIP lo que más le interesa defender es el interés de las grandes empresas y las grandes cadenas de supermercados. Y con esa premisa emprende acciones contra todo lo que esté en contra de ese objetivo.
En este contexto, la UCIP se opone terminantemente a que la Cooperativa Obrera instale una nueva sucursal en Mar del Plata. Y en esta actitud, la entidad que defiende a las grandes empresas — en desmedro de las más pequeñas — queda al descubierto cual es su verdadera función… Concretamente, la UCIP es un conglomerado de empresas con el solo propósito de autodefenderse, dejando de lado otras cuestiones más importantes, como las aqui señaladas.
La Cooperativa Obrera es una empresa diferente, controlada democráticamente por sus asociados y los excedentes anuales se reparten entre ellos en estricta proporción a sus operaciones con la entidad, lo que califica su especial naturaleza basada en las personas y los servicios, y no en el lucro. Por ello en el último ejercicio distribuyó en concepto de retorno e interés limitado al capital de cada asociado la suma de $2.538.448.519,22 a más de 2 millones de asociados.
La Cooperativa Obrera es a menudo tomada como empresa testigo, por su política de precios en productos de la canasta familiar, y por su efecto regulador de precios contra prácticas monopólicas y abusos en las ciudades donde opera.
Desde hace años la Cooperativa Obrera y, por ende, todos sus consumidores asociados, vienen padeciendo embestidas mediáticas y maniobras para detener su desarrollo, basadas en falacias y descalificaciones arbitrarias y sin sustento legal.
Lo que aqui se expone, forma parte de una nueva embestida contra la entidad solidaria.