La Cooperativa Láctea Manfrey registra un sostenido crecimiento y un aumento constante de su volumen exportado

La Cooperativa Láctea Manfrey, ubicada en Freyre, provincia de Córdoba, se ha consolidado como un pilar fundamental del sector cooperativo y agroindustrial argentino. Con más de 80 años de historia, la cooperativa superó la incertidumbre económica del país, demostrando resiliencia y proyectando un crecimiento sostenido. Ércole Felipa (foto), presidente de Manfrey, compartió con claridad los hitos alcanzados, los desafíos que enfrenta y los planes que orientan su futuro.

Manfrey emplea actualmente a 530 personas de forma directa y genera entre 1.200 y 1.500 puestos de trabajo indirectos, involucrando transportistas, tamberos, proveedores y otros actores. Según Felipa, «el crecimiento se refleja tanto en las ventas como en la expansión geográfica, logrando mayor alcance en distintas regiones del país y aumentando el volumen exportado respecto a años anteriores».

La historia de Manfrey comenzó en 1943, cuando un grupo de productores lecheros se unió para mejorar las condiciones de comercialización de su producción. Originalmente, la cooperativa surgió de la fusión de seis cremerías que decidieron establecer una planta industrial. La diversificación de productos y mercados se convirtió en un pilar de su evolución, posicionando a la empresa como un referente en el sector.

A lo largo de su historia, Manfrey logró varios hitos significativos. En 1945, inició el fraccionamiento y comercialización de manteca; en 1968, incorporó la primera línea de leche fluida en sachet; en 1989, adquirió la planta de leche en polvo, impulsando las exportaciones; en 2017, inauguró la planta de leche UAT con tecnología de última generación; en 2023, abrió el primer tambo robotizado, un avance clave en la integración vertical de la cooperativa.

Felipa señala que el sentido de pertenencia, la diversificación de productos y canales, y la coherencia en las decisiones estratégicas han sido fundamentales para el éxito de Manfrey. No obstante, enfrenta desafíos como la concentración del sector, la competencia informal y la necesidad de adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos y culturales.

«Argentina, históricamente signada por inestabilidad económica y política, nos ha obligado a desarrollar una gran capacidad de adaptación, aunque no sin costos. Hoy estamos esperanzados en una nueva realidad que permita previsibilidad, indispensable para proyectar nuestro crecimiento», reflexionó Felipa.

Con el plan estratégico «Manfrey 2030», la cooperativa busca expandirse de manera sostenible. Sus pilares incluyen la Responsabilidad Social Empresaria (RSE), la integración de tecnologías innovadoras y el cumplimiento de altos estándares de calidad y sostenibilidad ambiental. La compañía también trabaja para alinear todos sus procesos, desde la producción agropecuaria hasta la comercialización, con los principios del Pacto Global Argentina, iniciativa de la ONU.

Felipa también destacó los proyectos clave para 2025, como la ampliación de la línea de leche UAT, la construcción de un segundo tambo robotizado y la incorporación de inteligencia artificial en los procesos.

En un entorno global que redefine las industrias mediante las tendencias de consumo, la sostenibilidad y las nuevas tecnologías, Manfrey busca consolidarse como «una empresa altamente competitiva, alineada con las expectativas de los consumidores». «Queremos seguir creciendo de manera constante, contribuyendo al desarrollo socioeconómico regional mediante un modelo cooperativo virtuoso que reinvierte recursos para potenciar su impacto», concluyó Felipa.

Con un fuerte compromiso con la innovación y la responsabilidad social, Manfrey sigue siendo un emblema del cooperativismo argentino y un actor clave en el mercado global de lácteos.