“Si no nos hacemos visibles, nadie nos va a venir a golpear la puerta”. Así lo sostiene Graciela Fernández. Las palabras de la dirigente uruguaya resuenan como un llamado urgente: el cooperativismo debe hacerse visible y defender su identidad para transformar realidades.
Desde su experiencia al frente de Cooperativas de las Américas, insiste en que la organización colectiva, la equidad de género y el diálogo social son claves para construir economías más justas e inclusivas.
En un escenario global complejo, donde la inestabilidad económica y la desigualdad social persisten, Graciela Fernández Quintas es una figura transformadora del cooperativismo uruguayo y continental.
Reconocida por su liderazgo centrado en las personas y su incansable compromiso con la Economía Social y Solidaria (ESS) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), su voz resuena con una visión estratégica que busca redefinir el papel de las cooperativas en el siglo XXI.
En el marco del Congreso Internacional de Cooperativas y Mutuales realizado recientemente en Córdoba, Fernández Quintas habló sobre el rol del cooperativismo que debe ser el «núcleo central» de las economías colaborativas e inclusivas, posicionándolo como un modelo fundamental para la organización social y económica. Su filosofía se resume en «poner permanentemente la economía en manos de la gente y al servicio de cada comunidad».
Para Fernández, el multilateralismo es la «salida» para que las comunidades latinoamericanas superen las situaciones difíciles. La dirigente uruguaya identifica desafíos como las desigualdades territoriales, la poca política institucional y gobernanza compleja, proponiendo como única solución el diálogo social interno y una cooperación internacional robusta.
Insiste en que las cooperativas deben ser «defensoras de sus propios intereses» y respetar su identidad, principios y valores, lo que debe traducirse en políticas de Estado y políticas públicas. «Si no nos hacemos visibles, es muy difícil que eso suceda. Nadie nos va a venir a golpear la puerta», advierte.
Graciela Fernández Quintas presidió la Confederación Uruguaya de Cooperativas (Cudecoop), desde 2014 hasta 2020. Un hito fundamental en su carrera fue su elección como presidenta de Cooperativas de las Américas, la representación regional de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), en octubre de 2018, marcando un momento histórico al convertirse en la primera mujer en liderar la Región Américas de la Alianza Cooperativa Internacional.
Este logro personal es, para ella, una plataforma para abogar por una equidad de género más amplia dentro del movimiento cooperativo. Su liderazgo fue ratificado unánimemente el 27 de octubre de 2022, en la VI Cumbre Cooperativa, realizada en Asunción, Paraguay, asegurándole un mandato de ocho años. En octubre de 2024, Fernández Quintas se alejó de la presidencia “por razones estrictamente personales”.
Graciela Fernández es categórica al afirmar que la participación de las mujeres en los espacios dirigenciales es «de los pendientes que tiene el cooperativismo», una responsabilidad que recae en las propias organizaciones. Destaca que las cooperativas ya poseen las herramientas internas para lograr la equidad de género.
Reconoce que, aunque ha habido avances, aún falta mucho, y que un sistema de cuidados es «clave» para que las mujeres puedan dedicarse a los lugares de decisión sin tener que esperar, como ella misma, a los 68 años para alcanzar ciertos puestos.
Finalmente, cita el caso de Uruguay, donde el Instituto Cooperativo designó a tres delegadas mujeres de las cinco que representan al poder ejecutivo, como un «mensaje político» en favor de la equidad.